
Hola mi nombre es Alex y soy de Perú. Vivo en Iowa desde hace casi dos años. Los motivos que me trajeron a estas tierras del Midwest Americano son más de índole familiar (mi esposa es iowana!) que de trabajo o estudios, aunque también hago ambas cosas.
Antes de venir a Iowa mi primer acercamiento con este estado de los Estados Unidos fue la película The Bridges of Madison County. Una película romántica que roza con el drama, especialmente en sus últimas escenas. Esos paisajes, puentes, casas, edificios, captados con mucha delicadeza por el director de la película (Clint Eastwood), en cierto modo, me prepararon para mi primera visita a Iowa (verano del 2014). Y una vez ya radicado aquí en Iowa City, como inmigrante, terminaría encantado por su estimulante cultura y su delicioso choclo.
Todo este tiempo me ha interesado la interacción entre la cultura latina y la cultura americana. No solo aspectos visibles como la gastronomía o la música latina, sino también otros asuntos que pueden ir desde las implicancias de aprender el idioma inglés hasta las deportaciones contra indocumentados que realiza la ICE con eficiencia, sin importar si estamos o no en pandemia.
Pienso que tener la condición de inmigrante no es algo estático e inamovible, como algunos piensan. Uno también es vecino de un barrio, trabajador independiente o dependiente, estudiante escolar o universitario, voluntario de una organización sin fines de lucro, por lo que podemos concluir que los inmigrantes participan de diferentes maneras en la construcción y el mejoramiento de nuestra comunidad.
De estos y otros temas me gustaría hablar en este pequeño espacio que muy amablemente me ha brindado el equipo editorial de esta chévere revista, Little Village.
Finalmente, solo decir que esta columna se llama Cortado porque una vez en una fiesta (en aquel tiempo no muy lejano en que bailar en un bar repleto era algo común) alguien me saludó alegremente diciéndome: “Hola, Cortado!”. Y ante mi rostro de extrañeza, esta persona quien por cierto trabajaba en un coffee shop, añadió: “Tú eres la persona que siempre ordena Cortado!”. Fue en ese momento en que caí en la cuenta de que no siempre recordamos a las personas por su nombre, sino también por algún rasgo o detalle particular. En mi caso fue el café Cortado. Sí, me gusta el Cortado por su sabor casi amargo, y porque tiene el mismo significado y la misma pronunciación en inglés y español. Por lo que siempre me es fácil ordenarlo en cualquier coffee shop de Iowa City.
This article was originally published in Little Village issue 285.